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17 septiembre, 2010

EL LOBO EN EL PUNTO DE MIRA

Reportaje | maría carnero
Lobos en el punto de mira
La Junta autoriza la caza de 39 cánidos en León para controlar la población
17/09/2010

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, a través de la Dirección General de Medio Natural, publicó ayer los cupos de caza del lobo asignados a las distintas comarcas de las nueve provincias de la comunidad. En total, se autoriza la muerte de 130 ejemplares en toda Castilla y León, 39 de ellos en León. La provincia leonesa es la que mayor cupo tiene asignada de la comunidad, ya que es la que concentra mayor población de lobos en su territorio. En concreto, se autoriza el abatimiento de 18 ejemplares en la montaña de Riaño, siete en la comarca de Luna, cuatro en la zona de Tierras de León, cinco en el Bierzo, tres en La Cabrera y uno más entre Astorga y Sahagún.

La aplicación de esta medida entra dentro del Plan de Conservación y Gestión del Lobo en Castilla y León, aprobado en el 2008, para controlar la población de esta especie.

Aunque polémica, por las muchas connotaciones ecológicas que implica, se trata de una medida necesaria, según los expertos, ya que el lobo es una especie muy prolífera, en lo que a reproducción se refiere, y supone una vardadera amenaza para la extensa cabaña ganadera de la provincia. El argumento esgrimido por la Junta para sacar adelante su plan de gestión del lobo, es que en Castilla y León este depredador animal está presente en todas las provincias, con al menos 1.500 ejemplares que cada año matan 2.200 ovejas y 220 vacas, provocando la ruina y la desesperación de los ganaderos, que por lo general cobran las indemnizaciones tarde y mal.

Muchas corrientes ecologistas no comparten los métodos de control de la población de la Junta, como la asociación Centáurea, ya que se autorizan los cupos a cotos privados de caza, lo que plantea un uso cinegético del lobo para cobrar a los cazadores y sacar rendimiento económico.

Por otro lado, otros expertos consultados, como el cadrático de la Universidad de León, Francisco José Purroy, defienden en este caso la medida de la Junta, ya que está amparada por el Plan de Conservación y Gestión del Lobo, que tiene como objetivo impedir que se dispare la población en zonas en las que suponga una amenaza para los ganaderos. «Con este plan se trata de impedir que se utilicen otros métodos, como los usados por algunos desaprensivos, que usan veneno para acabar con los lobos, y lejos de provocar su muerte, porque se trata de un animal muy listo, sí pueden perjudicar a otras especies amanazadas, como los dos ejemplares de quebrantahuesos recien soltados en Picos, o como el oso, que se alimenta de otross animales expuestos a ese veneno», explica Purroy.

Para el catedrático leonés, «el lobo necesita de un plan de gestión inteligente, y este está amparado por la ley, ya que su población es muy elevada y necesita un control».

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