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17 abril, 2011

LA CRÓNICA: GONZALO "EL DE HORCADAS" EL ETERNO MOZO


GENTES DE LEÓN / Gonzalo 'el de Horcadas'
El eterno mozo del valle de Riaño.
El personaje más popular de la comarca sale todos los días hasta la carretera “para ver pasar gente”.
F. Fernández / Horcadas. la-cronica.net

Si subes o bajas por la carretera de Riaño, vadeando el pantano, en horas de sol (aunque haga mucho frío) verás a un hombre con su ‘andador’, tal vez sentado en él, en la orilla de la carretera que entra hacia Horcadas. Si te detienes a hablar con él comprobarás que le pitan y le saludan el noventa por ciento de los coches y camiones y que él responde feliz a todos, con una mirada, con un gesto con la mano.
No todos le tocan el claxon. Algunos se detienen a hablar con él y Gonzalo, que éste es elpersonaje —Gonzalo el de Horcadas— se emociona, como cuando lo hizo la enfermera que le atendía en Riaño. No sabe cómo abrazarla, le besa la mano, sonríe, la recuerda y pone esa cara de ángel enfermo tan suya.
Gonzalo ya tiene 82 años, nació en enero de 1929, y todos los vecinos de aquel valle recuerdan alguna anécdota de Gonzalo, arbitrando un partido, bailando en las fiestas hasta que marcha el último músico, dándolo todo en la discoteca de Riaño, en la fiesta del capilote... Siempre estaba Gonzalo, siempre tenía una sonrisa y un baile preparado.
No usa sus apellidos. No los necesita, es Gonzalo El de Horcadas, tu dices ese nombre y todo el mundo sabe de quien hablas. Sus anécdotas nos llevan a las fiestas y los bailes, pero no era sólo eso (aunque eso llamaba mucho la atención en este eterno mozo). En su pueblo y para quienes le conocían era el hijo de Florencio y la Tía Martina, otra de tantas largas familias del valle que vivían del campo y la ganadería, trabajos en los que el bueno de Gonzalo colaboraba, como no podía ser de otra manera. Pero cuando llegaba la noche y había fiesta en algún pueblo del valle riañés...
Pero los sábados y los domingos no se concebía la abarrotada discoteca sin que Gonzalo estuviera allí, “dándolo todo”, como le repetían una y otra vez.
Hasta que, ya hace más de una década, la salud le jugó una mala pasada. Un grave problema cerebral hizo temer lo peor, una hemiplejía nos recuerda aquel grave trance y Gonzalo El de Horcadas, el mozo del valle, desapareció de las fiestas, de la discoteca...
Hasta que un día reapareció con su andador en el cruce de su pueblo, al que sigue asomándose todos los días, a veces tapado hasta los ojos, pero el bueno de Gonzalo necesita ver el valle, responder a los saludos de los coches y camiones... Vivir.
Si pasas por el cruce y está, no dejes de saludar a Gonzalo.

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