‘Yes, we camp’ en el Km 0:
"No nos iremos ni el domingo"
18.05.2011
David Page. Puerta del Sol, Madrid
Los acampados de la Puerta del Sol ya no se conforman con quedarse hasta las elecciones del 22M, ahora dicen que no desmantelarán el campamento hasta que se cambie la Ley Electoral, entre otras peticiones. La plaza se ha convertido en un verdadero ágora: decenas de corrillos se reparten bajo las carpas, en los que jóvenes, adultos y ancianos discuten sobre el sistema político y social. Comentarios para todos los gustos.
La Puerta del Sol vive su ajetreo normal. Centenares de personas caminan en todas direcciones, los comercios de la plaza están repletos y los bares se llenan de gente reclamando su café... Es un día normal en el centro de Madrid. Caos, ruido, movimiento... Parecería la rutina de siempre. Pero en la Puerta del Sol hoy no es un día normal. Lleva sin serlo desde el domingo, desde que un campamento de 'rebeldes sin casa' reclaman una democracia real ya. Y la quieren realmente ya.
La multitudinaria manifestación del domingo en Madrid, organizada por el movimiento #democraciarealya, terminó y varias decenas de asistentes decidieron quedarse a dormir en la plaza, frente a la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Esa madrugada fueron desalojados por la fuerza por la Policía. Ayer por la tarde volvieron, y volvieron para quedarse. Un par de miles de personas (según los asistentes) apenas un par de centenares (según algunos vecinos) han pasado la noche al raso. No ha habido desalojo hoy. "Los policías nos han hecho compañía. Con muchos hemos pasado toda la noche hablando", dice riéndose uno de los que han dormido aquí mientras recoge el cartón que le ha servido de catre.
Es el camping más seguro del mundo. El camping urbano más protegido con diferencia. Los que han dormido han pasado la noche prácticamente rodeados por unos 300 agentes. No ha habido problemas. Y el ambiente no hace predecir que los vaya a haber. Del contingente policial de la noche, esta mañana apenas quedan unas decenas de agentes. Cinco furgones custodian la sede del Gobierno regional.
El campamento cada vez parece más organizado. Ya hay comisiones de alimentación, infraestructuras, actividades, asesoramiento legal y, por supuesto, una de comunicación que atiende a los medios. Y sigue creciendo. Anoche se colgaban las carpas en farolas y estatuas para prevenir una temida lluvia. Hoy siguen instalándose nuevos toldos, pero ahora para protegerse del sol.
El público del campamento durante la mañana es heterogéneo. Entre los que se quedaron a dormir, la mayoría son jóvenes, veinteañeros los más. A las 11.00 algunos aún apuran el sueño (la asamblea nocturna ha terminado a las 6 de la madrugada). Entre los que se acercan a prestar su apoyo o simplemente a curiosear, hay de todo: profesionales de las empresas cercanas que se paran encorbatados a leer los carteles y a coger información en los tenderetes de panfletos del campamento; turistas que aplauden con fervor las soflamas que de cuando en cuando suenan por el megáfono (improbable que superen la frontera idiomática, pero...) Y sobre todo gente mayor. Algunos con aire despistado, que miran el campamento igual que mirarían una obra. Otros que se acercan con el objetivo claro y declarado de apoyar a los manifestantes. "Los pensionistas tenemos que apoyarlos. Estamos aquí para apoyarlos. Ninguno de los dos grandes partidos se preocupan de nosotros y estos chicos se lo están diciendo", comenta Eufemiano con su apariencia de setentón, mientras se coloca el sombrero.
"No nos vamos el domingo"
Los planes que hasta ahora habían anunciado los asistentes pasaban por no moverse de la Puerta del Sol hasta el próximo domingo, cuando se celebran elecciones autonómicas y municipales. Pero ahora los acampados pretenden quedarse en el kilómetro cero más allá del 22M. “Nuestra idea era quedarnos hasta el domingo”, explica Noelia Moreno, una de las portavoces del campamento, “pero tras el desalojo, hemos decidido aguantar y quedarnos hasta que haya cambios”.
¿Cambios? ¿Qué cambios? ¿Qué tiene que pasar para los que aquí duermen desmantelen el campamento y se vayan con sensación de victoria? Noelia tiene claro cuál es un primer objetivo para conseguir una democracia real: la reforma de la Ley Electoral. “Los votos tienen que valer igual. Todos los votos tienen que valer lo mismo con independencia de en qué región se eche a la urna”, comenta. Un sistema electoral más proporcional, que no penalice a las pequeñas formaciones y que no maximice los apoyos de los dos grandes partidos mayoritarios por arte de la Ley D’Hont de reparto de escaños. Un objetivo reclamado por muchos. Pero para el que PP y PSOE no se muestran proclives a mover ficha.
“Si consiguiéramos que gobiernen otros partidos que no sean PP ni PSOE, otros partidos más pequeños no manipulados por los mercados, las cosas cambiarían”, dice Noelia. La exigencia, probablemente, no es realista. La tramitación de una reforma de la Ley Electoral llevaría meses, muchos meses. Pero ellos parecen dispuestos a no moverse de allí hasta que se consiga. Veremos.
Los acampados (que se han constituido en las redes sociales en el movimiento #acampadasol) han elaborado un manifiesto de reclamaciones. Son heterogéneas y en algunos casos inconcretas pero pretenden seguir ampliando el listado. En la asamblea de esta noche lo han intentado, pero no se ha conseguido. “Somos muchos y no todos pensamos igual. Es difícil ponerse de acuerdo en todo. En la siguiente asamblea seguiremos perfilando peticiones”, dice uno de los asistentes. Esa próxima asamblea (asamblea y concentración) esta convocada para esta tarde a las 20.00 horas.
Por otro lado, personalidades como el escritor y economista José Luis Sampedro, que ha prologado el libro de Stéphan Hessel Indignaos, se ha unido a la convocatoria con un manifiesto en el que afirma que "no basta con indignarse, es necesario convertir la indignación en resistencia y dar un paso más. El momento histórico impone la acción, la movilización, la protesta, la rebelión pacífica". Uno de los asistentes lee la salutación de Sampedro megáfono en mano. Los aplausos tardan en apagarse.
El ágora de Sol
A media mañana el campamento parece de todo menos deshabitado. Bajo las carpas, protegiéndose de un sol castigador, se agolpan cientos de personas. No sólo los que pasaron la noche. Cincuenta, sesenta... corrillos se convierten en foros improvisados de discusión. ¿La Puerta del Sol se convierte, por fin, en una verdadera ágora? Ahora mismo lo parece.
A primera vista impresiona. Rastas y barbas canas, pitillos de liar y garrotas... Jóvenes y mayores conversan, discuten... Unos cuentan batallitas, otros dicen qué hacer; unos explican por qué han pasado la noche allí y qué buscan, otros tratan de convencer de lo que hay que hacer el domingo es votar... Y de corrillo en corrillo muchos pasan la mañana.
Un mar de pancartas en la Puerta SOLución
La Puerta del Sol se ha llenado de pancartas. Unas cuelgan de la estatua ecuestre de Carlos Tercero, otras duermen en las fuentes, otras se apoyan en las tiendas de campaña… Los mensajes, ingeniosos y aractivos, son acogidos con buen animo por los paseantes.
“Yes, we camp. No nos vamos”
“Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir”
“Mucho chorizo y poco pan”
“Nosotr@s os votamos. Nosotr@s os botamos”
"Plaza SOLución"
“En este país se puede acampar para un concierto de Justin Bieber y ver la última de Crepúsculo, pero no para defender tus derechos”.
Y algunos avisos a navegantes:
“Si buscas la violencia, estás de más aquí”
“Más agua y menos alcohol”
“100% antisistema y 0,0% botellón. Por tod@as, aquí no bebas”
La Puerta del Sol vive su ajetreo normal. Centenares de personas caminan en todas direcciones, los comercios de la plaza están repletos y los bares se llenan de gente reclamando su café... Es un día normal en el centro de Madrid. Caos, ruido, movimiento... Parecería la rutina de siempre. Pero en la Puerta del Sol hoy no es un día normal. Lleva sin serlo desde el domingo, desde que un campamento de 'rebeldes sin casa' reclaman una democracia real ya. Y la quieren realmente ya.
La multitudinaria manifestación del domingo en Madrid, organizada por el movimiento #democraciarealya, terminó y varias decenas de asistentes decidieron quedarse a dormir en la plaza, frente a la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Esa madrugada fueron desalojados por la fuerza por la Policía. Ayer por la tarde volvieron, y volvieron para quedarse. Un par de miles de personas (según los asistentes) apenas un par de centenares (según algunos vecinos) han pasado la noche al raso. No ha habido desalojo hoy. "Los policías nos han hecho compañía. Con muchos hemos pasado toda la noche hablando", dice riéndose uno de los que han dormido aquí mientras recoge el cartón que le ha servido de catre.
Es el camping más seguro del mundo. El camping urbano más protegido con diferencia. Los que han dormido han pasado la noche prácticamente rodeados por unos 300 agentes. No ha habido problemas. Y el ambiente no hace predecir que los vaya a haber. Del contingente policial de la noche, esta mañana apenas quedan unas decenas de agentes. Cinco furgones custodian la sede del Gobierno regional.
El campamento cada vez parece más organizado. Ya hay comisiones de alimentación, infraestructuras, actividades, asesoramiento legal y, por supuesto, una de comunicación que atiende a los medios. Y sigue creciendo. Anoche se colgaban las carpas en farolas y estatuas para prevenir una temida lluvia. Hoy siguen instalándose nuevos toldos, pero ahora para protegerse del sol.
El público del campamento durante la mañana es heterogéneo. Entre los que se quedaron a dormir, la mayoría son jóvenes, veinteañeros los más. A las 11.00 algunos aún apuran el sueño (la asamblea nocturna ha terminado a las 6 de la madrugada). Entre los que se acercan a prestar su apoyo o simplemente a curiosear, hay de todo: profesionales de las empresas cercanas que se paran encorbatados a leer los carteles y a coger información en los tenderetes de panfletos del campamento; turistas que aplauden con fervor las soflamas que de cuando en cuando suenan por el megáfono (improbable que superen la frontera idiomática, pero...) Y sobre todo gente mayor. Algunos con aire despistado, que miran el campamento igual que mirarían una obra. Otros que se acercan con el objetivo claro y declarado de apoyar a los manifestantes. "Los pensionistas tenemos que apoyarlos. Estamos aquí para apoyarlos. Ninguno de los dos grandes partidos se preocupan de nosotros y estos chicos se lo están diciendo", comenta Eufemiano con su apariencia de setentón, mientras se coloca el sombrero.
"No nos vamos el domingo"
Los planes que hasta ahora habían anunciado los asistentes pasaban por no moverse de la Puerta del Sol hasta el próximo domingo, cuando se celebran elecciones autonómicas y municipales. Pero ahora los acampados pretenden quedarse en el kilómetro cero más allá del 22M. “Nuestra idea era quedarnos hasta el domingo”, explica Noelia Moreno, una de las portavoces del campamento, “pero tras el desalojo, hemos decidido aguantar y quedarnos hasta que haya cambios”.
¿Cambios? ¿Qué cambios? ¿Qué tiene que pasar para los que aquí duermen desmantelen el campamento y se vayan con sensación de victoria? Noelia tiene claro cuál es un primer objetivo para conseguir una democracia real: la reforma de la Ley Electoral. “Los votos tienen que valer igual. Todos los votos tienen que valer lo mismo con independencia de en qué región se eche a la urna”, comenta. Un sistema electoral más proporcional, que no penalice a las pequeñas formaciones y que no maximice los apoyos de los dos grandes partidos mayoritarios por arte de la Ley D’Hont de reparto de escaños. Un objetivo reclamado por muchos. Pero para el que PP y PSOE no se muestran proclives a mover ficha.
“Si consiguiéramos que gobiernen otros partidos que no sean PP ni PSOE, otros partidos más pequeños no manipulados por los mercados, las cosas cambiarían”, dice Noelia. La exigencia, probablemente, no es realista. La tramitación de una reforma de la Ley Electoral llevaría meses, muchos meses. Pero ellos parecen dispuestos a no moverse de allí hasta que se consiga. Veremos.
Los acampados (que se han constituido en las redes sociales en el movimiento #acampadasol) han elaborado un manifiesto de reclamaciones. Son heterogéneas y en algunos casos inconcretas pero pretenden seguir ampliando el listado. En la asamblea de esta noche lo han intentado, pero no se ha conseguido. “Somos muchos y no todos pensamos igual. Es difícil ponerse de acuerdo en todo. En la siguiente asamblea seguiremos perfilando peticiones”, dice uno de los asistentes. Esa próxima asamblea (asamblea y concentración) esta convocada para esta tarde a las 20.00 horas.
Por otro lado, personalidades como el escritor y economista José Luis Sampedro, que ha prologado el libro de Stéphan Hessel Indignaos, se ha unido a la convocatoria con un manifiesto en el que afirma que "no basta con indignarse, es necesario convertir la indignación en resistencia y dar un paso más. El momento histórico impone la acción, la movilización, la protesta, la rebelión pacífica". Uno de los asistentes lee la salutación de Sampedro megáfono en mano. Los aplausos tardan en apagarse.
El ágora de Sol
A media mañana el campamento parece de todo menos deshabitado. Bajo las carpas, protegiéndose de un sol castigador, se agolpan cientos de personas. No sólo los que pasaron la noche. Cincuenta, sesenta... corrillos se convierten en foros improvisados de discusión. ¿La Puerta del Sol se convierte, por fin, en una verdadera ágora? Ahora mismo lo parece.
A primera vista impresiona. Rastas y barbas canas, pitillos de liar y garrotas... Jóvenes y mayores conversan, discuten... Unos cuentan batallitas, otros dicen qué hacer; unos explican por qué han pasado la noche allí y qué buscan, otros tratan de convencer de lo que hay que hacer el domingo es votar... Y de corrillo en corrillo muchos pasan la mañana.
Un mar de pancartas en la Puerta SOLución
La Puerta del Sol se ha llenado de pancartas. Unas cuelgan de la estatua ecuestre de Carlos Tercero, otras duermen en las fuentes, otras se apoyan en las tiendas de campaña… Los mensajes, ingeniosos y aractivos, son acogidos con buen animo por los paseantes.
“Yes, we camp. No nos vamos”
“Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir”
“Mucho chorizo y poco pan”
“Nosotr@s os votamos. Nosotr@s os botamos”
"Plaza SOLución"
“En este país se puede acampar para un concierto de Justin Bieber y ver la última de Crepúsculo, pero no para defender tus derechos”.
Y algunos avisos a navegantes:
“Si buscas la violencia, estás de más aquí”
“Más agua y menos alcohol”
“100% antisistema y 0,0% botellón. Por tod@as, aquí no bebas”
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