Buscar este blog

08 junio, 2011

UN MILLAR DE INDIGNADOS FRENTE AL CONGRESO

Un millar de indignados frente al Congreso: 'O pasamos o acampamos'

Quico Alsedo | Alba Fernández Pacheco | Agencias | Madrid
Actualizado miércoles 08/06/2011 21:40 horas
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/06/08/espana/1307554493.html

La indignación del 15-M ha llegado hasta las puertas del Congreso canalizada a través del rechazo a la reforma de la negociación colectiva. Unas mil personas, según admite la Policía, están protestando en los aledaños de la Cámara Baja convocados a través de las redes sociales. "O pasamos o acampamos", amenazan los 'indignados' mientras unos 50 furgones policiales contienen su avance a sólo 20 metros del edificio.

La calle del Congreso y otras colindantes están ahora mismo cortadas al tráfico. La Policía Nacional ha establecido una barrera -con varias filas de agentes- que impide el paso a los manifestantes mientras estos ya lanzan advertencias de quedarse. Se protesta contra la reforma de la negociación colectiva, cuyo proyecto está previsto que se apruebe el próximo viernes en el Consejo de Ministros, contra la reforma laboral y otras reivindicaciones ya conocidas del movimiento 15-M.

Alrededor de las 20.40 horas, se ha colocado la primera tienda de campaña al grito de "Eso, eso, eso, acampada en el Congreso". Ha sido un instante un poco tenso porque tras algunos empujones y caídas, los agentes se han colocado sus cascos en un ademán de cargar, aunque finalmente, la situación no ha ido a más.

Los 'indignados' no tienen prisa por abandonar la Carrera de San Jerónimo, donde permanecen de pie o sentados exhibiendo pancartas y coreando consignas y reclamando una asamblea en el Parlamento. "Estas con las llaves de mi padre", han gritado agitando sus llaveros.

La Policía está, de momento, tranquila porque no hay atisbo de provocación y la protesta transcurre de forma pacífica. Hay quienes gritan a los agentes "Policía, únete". La incógnita a estas horas es sí la Policía actuará para desalojar la calle y restablecer el tráfico, aunque parece poco probable tras la experiencia del violento desalojo de los Mossos en Cataluña, cuyas críticas y consecuencias aún colean. La opción más probable es que aguanten hasta que, con el paso de las horas, la concentración se vaya dispersando.

La protesta se ha originado al unirse en la plaza de Canalejas los manifestantes movilizados por la asamblea popular de Lavapiés con los presentes en la Puerta del Sol. Esta concentración -en una plaza a medio camino de Sol y el Congreso- había sido convocada y autorizada, sin embargo, ningún dispositivo policial estaba acotando el lugar para evitar una posible deriva en dirección al Congreso. Los agentes sí estaban apostados 50 metros más abajo, a unos escasos metros de una de las puertas.

Se les ha permitido acercarse tanto porque en este momento no se celebra pleno. De hecho, al inicio de la protesta el Congreso estaba casi vacío. De lo contrario, el perímetro tendría que haber sido mayor, informa Marisa Cruz.

Tras una pancarta principal con el lema 'Pienso, luego resisto. www.tomalaplaza.net' y otra de cabecera en la que se podía leer 'Reforma laboral para los políticos', centenares de personas han ido calle abajo hasta toparse con la Policía.

Los 'indignados' están coreando consignas de "Violencia es no llegar a fin de mes", "Reforma laboral, parada patronal" o "No falta dinero, sobran ladrones" y portando pancartas contra la negociación colectiva y con lemas como "Ley propatrón, explotador no", "Recortes a ricos primero", "Negociación imposición" o "Se alquila esclavo".

Los manifestantes han leído sus protestas por turnos y han hecho especial mención a la reforma de la negociación colectiva. También se ha leído la propuesta de la canciller alemana, Angela Merkel, para hacer más competitiva la Eurozona, que ha recibido el rechazo de todos los presentes al grito de "Nos importa un pepino".

Portavoces del movimiento han pedido por megáfono a los concentrados retomar la protesta de Sol y acudir a la asamblea general convocada para este miércoles en la céntrica plaza, algo que han declinado mayoritariamente los congregados frente al Congreso.

Ningún diputado o responsable político ha acudido a hablar con los 'indignados' a pesar de que estos les exhortaban a ello con sus proclamas. 'Rubalcaba, da la cara', han dicho los congregados, que gritaban 'Ahí está la cueva de Alí Babá' mirando a la sede de la Cámara Baja.

LA PATRONAL Y EL PP CONSPIRAN

El PP anuncia una reforma laboral a la medida de los empresarios

Miércoles, 8 junio 2011
http://www.cuartopoder.es/laespumadeldia/2011/06/08/el-pp-anuncia-una-reforma-laboral-a-la-medida-de-los-empresarios/

La senadora y presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, desveló el martes en el Senado uno de los secretos mejor guardados por Mariano Rajoy y su equipo: el compromiso de hacer una reforma laboral a la medida de los empresarios. Tras el aplazamiento del acuerdo entre patronal y sindicatos hasta después de las elecciones del 22M y el posterior ardid de la patronal para no firmarlo, visto el triunfo arrollador de los conservadores, la presidenta del PP catalán afirmo que “nosotros haremos una reforma que flexibilice la negociación colectiva para que decidan los empresarios”.

Su anuncio sorprendió a los socialistas y al propio ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, quien le preguntó: “¿Dónde están los trabajadores en su reforma?” y afirmó seguido: “Ustedes lo que quieren es recortar todavía más los derechos de los trabajadores”. Sánchez-Camacho, consciente de su desliz, se agitó nerviosamente en su escaño. Su compañera Araceli Peris, que intervino a continuación interpelando al ministro, tuvo oportunidad de reconocer el papel de los sindicatos y matizar el anuncio Sánchez-Camacho, pero no lo hizo.

Puesto que la campaña del “último empujón” para desalojar cuanto antes al Gobierno de Rodríguez Zapatero incluye el argumento de que “la reforma laboral ha fracasado”, Sánchez-Camacho aprovechó la sesión de control en el Senado para difundir ese mensaje. El titular de Trabajo aportó datos en contrario e informó del “buen resultado” que está dando la contratación a tiempo parcial, con 500.000 nuevos contratos desde que entró en vigor. También anunció que el Consejo de Ministros aprobará el viernes la reforma de la negociación colectiva.

En ese momento, la senadora replicó con toda contundencia que su partido promoverá otra reforma laboral porque la de Zapatero, que el PP no apoyó y fue contestada con una huelga general por los sindicatos, “ha fracasado rotundamente”. Para reforzar su afirmación apeló a la Organización Internacional del Trabajo, al Gobernador del Banco de España y a la OCDE como fuentes de autoridad. “Se necesita flexibilizar la negociación colectiva para que decidan los empresarios, y eso lo vamos a hacer nosotros”, concluyó enfáticamente.

Gómez, que desgranó otros efectos positivos de la reforma: como la sustitución de contratos temporales por fijos, el aumento de la contratación por prácticas y formación y el hecho de que el 35% de los nuevos contratos sean de “inserción”, pidió a los conservadores que “no hagan demagogia”, pues de sobra saben que las empresas con dificultades pueden apelar a la cláusula de descuelgue de los convenios sectoriales. Aunque el ministro evitó adelantar las medidas del decreto sobre negociación colectiva, por una vez el Senado fue cámara de “primera lectura” de los planes de gobierno del PP.

HORA DE DESPERTAR

Hora de despertar.

http://antoniomuñozmolina.es/2011/05/hora-de-despertar/

He pensado desde hace muchos años, y lo he escrito de vez en cuando, que España vivía en un estado de irrealidad parcial, incluso de delirio, sobre todo en la esfera pública, pero no solo en ella. Un delirio inducido por la clase política, alimentado por los medios, consentido por la ciudadanía, que aceptaba sin mucha dificultad la irrelevancia a cambio del halago, casi siempre de tipo identitario o festivo, o una mezcla de los dos. La broma empezó en los ochenta, cuando de la noche a la mañana nos hicimos modernos y amnésicos y el gobierno nos decía que España estaba de moda en el mundo, y Tierno Galván -¡Tierno Galván!- empezó la demagogia del político campechano y majete proclamando en las fiestas de San Isidro de Madrid aquello de “¡ El que no esté colocao que se coloque, y al loro!” Tierno Galván, que miró sonriente para otro lado, siendo alcalde, cuando un concejal le trajo pruebas de los primeros indicios de la infección que no ha dejado de agravarse con los años, la corrupción municipal que volvía cómplices a empresarios y a políticos.

Por un azar de la vida me encontré en la Expo de Sevilla en 1992 la noche de su clausura: en una terraza de no sé qué pabellón, entre una multitud de políticos y prebostes de diversa índole que comían gratis jamón de pata negra mientras estallaban en el horizonte los fuegos artificiales de la clausura. Era un símbolo tan demasiado evidente que ni siquiera servía para hacer literatura. Era la época de los grandes acontecimientos y no de los pequeños logros diarios, del despliegue obsceno de lujo y no de administración austera y rigurosa, de entusiasmo obligatorio. Llevar la contraria te convertía en algo peor que un reaccionario: en un malasombra. En esos años yo escribía una columna semanal en El País de Andalucía, cuando lo dirigía mi querida Soledad Gallego, a quien tuve la alegría grande de encontrar en Buenos Aires la semana pasada. Escribía denunciando el folklorismo obligatorio, el narcisismo de la identidad, el abandono de la enseñanza pública, el disparate de un televisión pagada con el dinero de todos en la que aparecían con frecuencia adivinos y brujas, la manía de los grandes gestos, las inauguraciones, las conmemoraciones, el despilfarro en lo superfluo y la mezquindad en lo necesario. Recuerdo un artículo en el que ironizaba sobre un curso de espíritu rociero para maestros que organizó ese año la Junta de Andalucía: hubo quien escribió al periódico llamándome traidor a mi tierra; hubo una carta colectiva de no sé cuantos ofendidos por mi artículo, entre ellos, por cierto, un obispo. Recuerdo un concejal que me acusaba de “criminalizar a los jóvenes” por sugerir que tal vez el fomento del alcoholismo colectivo no debiera estar entre las prioridades de una institución pública, después de una fiesta de la Cruz en Granada que duró más de una semana y que dejó media ciudad anegada en basuras.

El orgullo vacuo del ser ha dejado en segundo plano la dificultad y la satisfacción del hacer. Es algo que viene de antiguo, concretamente de la época de la Contrarreforma, cuando lo importante en la España inquisitorial consistía en mostrar que se era algo, a machamartillo, sin mezcla, sin sombra de duda; mostrar, sobre todo, que no se era: que no se era judío, o morisco, o hereje. Que esa obcecación en la pureza de sangre convertida en identidad colectiva haya sido la base de una gran parte de los discursos políticos ha sido para mí una de las grandes sorpresas de la democracia en España. Ser andaluz, ser vasco, ser canario, ser de donde sea, ser lo que sea, de nacimiento, para siempre, sin fisuras: ser de izquierdas, ser de derechas, ser católico, ser del Madrid, ser gay, ser de la cofradía de la Macarena, ser machote, ser joven. La omipresencia del ser cortocircuita de antemano cualquier debate: me critiacan no porque soy corrupto, sino porque soy valenciano; si dices algo en contra de mí no es porque tengas argumentos, sino porque eres de izquierdas, o porque eres de derechas, o porque eres de fuera; quien denuncia el maltrato de un animal en una fiesta bárbara está ofendiendo a los extremeños, o a los de Zamora,o de donde sea; si te parece mal que el gobierno de Galicia gaste no sé cuántos miles de millones de euros en un edificio faraónico es que eres un rojo; si te escandalizas de que España gaste más de 20 millones de euros en la célebre cúpula de Barceló en Ginebra es que eres de derechas, o que estás en contra del arte moderno; si te alarman los informes reiterados sobre el fracaso escolar en España es que tiene nostalgia de la educación franquista.

He visto a alcaldes y a autoridades autonómicas españolas de todos los colores tirar cantidades inmensas de dinero público viniendo a Nueva York en presuntos viajes promocionales que solo tienen eco en los informativos de sus comarcas, municipios o comunidades respectivas, ya que en el séquito suelen o solían venir periodistas, jefes de prensa, hasta sindicalistas. Los he visto alquilar uno de los salones más caros del Waldorf Astoria para “presentar” un premio de poesía. Presentar no se sabe a quién, porque entre el público solo estaban ellos, sus familiares más próximos y unos cuantos españoles de los que viven aquí. Cuando era director del Cervantes el jefe de protocolo de un jerarca autonómico me llamó para exigirme que saliera a recibir a su señoría a la puerta del edificio cuando él llegara en el coche oficial. Preferí esperarlo en el patio, que se estaba más fresco. Entró rodeado por un séquito que atascaba los pasillos del centro y cuando yo empezaba a explicarle algo tuvo a bien ponerse a hablar por el móvil y dejarnos a todos, al séquito y a mí, esperando durante varios minutos. “Era Plácido”, dijo, “que viene a sumarse a nuestro proyecto”. El proyecto en cuestión calculo que tardará un siglo en terminar de pagarse.

Lo que yo me preguntaba, y lo que preguntaba cada vez que veía a un economista, era cómo un país de mediana importancia podía permitirse tantos lujos. Y me preguntaba y me pregunto por qué la ciudadanía ha aceptado con tanta indiferencia tantos abusos, durante tanto tiempo. Por eso creo que el despertar forzoso al que parece que al fin estamos llegando ha de tener una parte de rebeldía práctica y otra de autocrítica. Rebeldía práctica para ponernos de acuerdo en hacer juntos un cierto número de cosas y no solo para enfatizar lo que ya somos, o lo que nos han dicho o imaginamos que somos: que haya listas abiertas y limitación de mandatos, que la administración sea austera, profesional y transparente, que se prescinda de lo superfluo para salvar lo imprescindible en los tiempos que vienen, que se debata con claridad el modelo educativo y el modelo productivo que nuestro país necesita para ser viable y para ser justo, que las mejoras graduales y en profundidad surgidas del consenso democrático estén siempre por encima de los gestos enfáticos, de los centenarios y los monumentos firmados por vedettes internacionales de la arquitectura.

Y autocrítica, insisto, para no ceder más al halago, para reflexionar sobre lo que cada uno puede hacer en su propio ámbito y quizás no hace con el empeño con que debiera: el profesor enseñar, el estudiante estudiar haciéndose responsable del privilegio que es la educación pública, el tan solo un poco enfermo no presentarse en urgencias, el periodista comprobando un dato o un nombre por segunda vez antes de escribirlos, el padre o la madre responsabilizándose de los buenos modales de su hijo, cada uno a lo suyo, en lo suyo, por fin ciudadanos y adultos, no adolescentes perpetuos, entre el letargo y la queja, miembros de una comunidad política sólida y abierta y no de una tribu ancestral: ciudadanos justos y benéficos, como decía tan cándidamente, tan conmovedoramente, la Constitución de 1812, trabajadores de todas clases, como decía la de 1931.

Lo más raro es que el espejismo haya durado tanto.