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01 julio, 2011

EL SAQUEO DE GRECIA, PRELUDIO DE GRANDES ACONTECIMIENTOS

El saqueo de Grecia, preludio de grandes acontecimientos
Rafael Poch | 01/07/2011
http://blogs.lavanguardia.com/berlin/el-saqueo-de-grecia-preludio-de-grandes-acontecimientos/

El crack del capitalismo neoliberal –léase, “la crisis”- abrió en 2008 una oportunidad óptima para construir una Europa mejor. Para ello había que poner coto al dictado financiero y meterse en una profunda revisión institucional que diera un carácter ciudadano y social a una Unión Europea que fue construida a la medida de los negocios. Un “New Green Deal”, como se decía entonces, que utilizara la crisis para afrontar la super crisis del cambio climático y la transición energética. Para meterse en algo así había que arriesgarse, como hizo Gorbachov en la URSS, tener ideales y ser valiente. Demasiado para los políticos rutinarios que dominan el paisaje entre Lisboa y Varsovia. Así que siguieron con lo mismo. Con ello repiten la conducta de la era Brezhnev en la URSS, que evitó una crisis por la vía de negarla, lo que condujo a una crisis mucho mayor, con quiebra del superestado soviético veinte años después. No hay duda: esta gente nos lleva ahora a un segundo batacazo. Y no será en veinte, sino en bien pocos años.

Hacen creer que la crisis consiste en la insolvencia de los países del sur, sugiriendo colisiones de interés entre ciudadanos griegos y alemanes, cuando el problema está en el capital en su conjunto, porque los principales bancos europeos alemanes, franceses y británicos están implicados y expuestos hasta el cuello por la explosión de las burbujas inmobiliarias de todos ellos. En lugar de actuar en el orden de cosas que llevó a la crisis, es decir contra la desregulación neoliberal, Bruselas y Berlín, y detrás todos los demás, mantienen ese orden poniendo dinero en los países periféricos. Con ello sólo ganan tiempo con un mecanismo que se parece mucho a una pirámide financiera que sólo altera la estructura de la deuda, nacionalizándola, y no su monto.

El negocio de la financiación privada de los estados

En Grecia la deuda no disminuye, sino que crece. Lo único que disminuye es la exposición del sector privado (bancos, aseguradoras y fondos), gracias a la nacionalización de los riesgos que practica el Banco Central Europeo (BCE) con sus compras. Uno de los problemas es que los estados se financian a través de los mercados, y no directamente vía el BCE.

El BCE presta dinero a un interés de 1,25% a los bancos, que a su vez se lo prestan a los estados a intereses mucho mayores. A Austria, por ejemplo, se lo prestan a un interés del 4,05%. Si el país hubiera sido financiado directamente por el BCE en 2010 se habría ahorrado 4600 millones de euros. En el mismo escenario Alemania se ahorraría 25.000 millones anuales. Y el fardo de Grecia sería menos pesado.

Actualmente Grecia está pagando un interés medio del 4,68% por su deuda, lo que representa que Atenas paga 15.900 millones anuales sólo de intereses, sin reducir un céntimo su deuda. Es decir, dedica el 29% de sus ingresos anuales (55.600 millones) al pago de intereses: casi un euro de cada tres va para los bancos, sin cuya desregulación e irresponsabilidad (invirtiendo en negocios meridionales tan estúpidos y fantasiosos como rentables) nunca se habría llegado al actual problema. Si en lugar de ese esquema el BCE prestara el dinero a un interés, digamos, del 0,5%, Grecia habría pagado por intereses 1700 millones en lugar de los 15.900 y se habría endeudado por 6.400 millones en lugar de por 20.600 millones.

Manda el politburó

Desde hace casi tres años, el BCE viene practicando esta subvención a la banca privada a cuenta del contribuyente sin que las instituciones digan ni pío al respecto. Desde hace un año el seudónimo de esta subvención pública a los bancos se llama “rescate de Grecia”, “rescate de Irlanda”, “rescate de Portugal” (con mucho dinero español en riesgo), etc.

Nuestros parlamentos e “instituciones democráticas” tienen en este proceso un papel parecido al de la Asamblea Suprema del Pueblo de Corea del Norte sobre el devenir del país, es decir igual a cero. Quien manda es un politburó no electo de poderes fácticos oligárquicos. Desde la central (Bruselas, Berlín, FMI) ese politburó ha chantajeado descaradamente a Grecia diciéndole textualmente que si no aprobaba nuevos recortes sociales y privatizaciones no le concedería los nuevos créditos del segundo rescate e incluso le retiraría los ya acordados. Es lo que Marlon Brando designa en “El Padrino”, como hacerle a alguien,“una propuesta que no podrá rechazar”.

El nuevo ministro de finanzas griego, Evangelos Venizelos, reconoce que el gabinete de Atenas no gobierna sino que se limita a “cumplir órdenes”. El diario Kathimerini constata que, “un país al completo ha sido convertido en provincia de un imperio más económico que político, que, a su vez, está secuestrado por toda una serie de compañías de inversión y agencias de calificación con monstruosos poderes y codiciosas aspiraciones”.

Recortar, privatizar, enloquecer

Con el segundo paquete de rescate, Grecia deberá recortar gastos por valor de 28.000 millones hasta el año 2015, el 12% de su PIB. Esa nueva mordaza asfixiará aun más toda perspectiva de crecimiento. Los impuestos aumentarán, pero no se recaudará más porque muchos ciudadanos se negarán a pagarlos en protesta. Otros 50.000 millones se deberán obtener mediante privatizaciones de 850 puertos, 39 aeropuertos, autopistas, ferrocarriles, casinos, bancos, compañías eléctricas y hasta de la lotería nacional, pero muchos observadores consideran que, incluso a precios de ganga, todo eso será complicado de vender. El motivo es que en el politburó ya no se discute si Grecia quebrará, sino cuando lo hará y en qué condiciones. Ante la perspectiva de una quiebra y de un regreso al dracma, nadie comprará nada griego, por barato que se lo ofrezcan.

El saqueo de Grecia es una empresa puramente destructiva y cortoplacista. Más allá de una defensa inercial de intereses egoístas, lo más probable es que el politburó no tenga ni idea de adonde nos lleva. De lo que se trata ahora es de organizar una “quiebra suave” para Grecia, lo menos traumática posible para el conjunto del sistema europeo y seguir tirando. Después ya se verá.

El horizonte es un colapso social en Grecia. Se invita a toda una sociedad a enloquecer y postrarse. El régimen político acorde con una sociedad enloquecida no es la democracia, ni siquiera su actual caricatura, sino la dictadura. Eso es lo que ocurre cuando los ahorros de toda una vida pasan de alcanzar para una jubilación digna a costear un par de zapatos, como ocurrió en 1992 en la Rusia de Boris Yeltsin, instaurador, en 1993, de la actual autocracia presidencial-oligárquica rusa con el aplauso de Occidente. La actual política europea apunta a desmantelar las conquistas y logros de medio siglo. Ya ocurrió en América Latina, ya ocurrió en Rusia. Ahora lo están imponiendo en Grecia, pero después de Grecia vienen los demás, primero Irlanda y Portugal, luego España, Italia. Detrás aparece Francia. Hasta en la supuestamente exitosa Alemania es patente la degradación laboral y social.

Estamos en los primeros compases de una reacción, conservadora y catastrófica, de ámbito europeo. No creo que los europeos sean tan mansos como los rusos de los años noventa. Con su próximo gobierno postfranquista de mayoría absoluta y sus indignados, que han venido para quedarse, España podría ser un escenario central. Ha quedado claro que el “New Green Deal” europeo es completamente imposible sin intervención de la ciudadanía. Nos esperan grandes acontecimientos.
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ESCLAVOS EN EUROPA

Esclavos en Europa

Ignacio Ramonet
http://www.monde-diplomatique.es/?url=editorial/0000856412872168186811102294251000/editorial/?articulo=e12ea20f-b219-4659-a8e5-daff3436763a

Dos siglos después de la abolición de la esclavitud, regresa una práctica abominable: la trata de personas. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que 12,3 millones de personas en el mundo se ven sometidas, por redes ligadas a la criminalidad internacional, a la explotación de su fuerza de trabajo en contra de su voluntad y en condiciones inhumanas.

Tratándose de mujeres, la mayoría son víctimas de explotación sexual mientras muchas otras son específicamente explotadas en el servicio doméstico. También se da el caso de personas jóvenes y en buen estado de salud que, bajo diversos engaños, son privadas de su libertad con el fin de que partes de sus cuerpos alimenten el tráfico ilegal de órganos humanos.

Pero la trata se está extendiendo cada vez más a la captura de personas que sufren explotación de su fuerza de trabajo en sectores de la producción muy necesitados de mano de obra barata como la hostelería, la restauración, la agricultura y la construcción.

A ese tema preciso, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) dedicó en Viena, los días 20 y 21 de junio pasado, una Conferencia internacional con la participación de autoridades políticas, organismos internacionales, ONGs y reconocidos expertos (1).

Aunque el fenómeno es mundial, varios especialistas subrayaron que la plaga del trabajo esclavo está aumentando imparablemente en el seno mismo de la Unión Europea. El número de casos revelados por la prensa, cada vez más numerosos, sólo constituyen la punta del iceberg. Las organizaciones sindicales y las ONGs estiman que hay en Europa centenares de miles de trabajadores sometidos a la execración de la esclavitud (2).

En España, en Francia, en Italia, en los Países Bajos, en el Reino Unido y en otros países de la UE, numerosos migrantes extranjeros, atraídos por el espejismo europeo, se ven atrapados en las redes de mafias que les obligan a trabajar en condiciones semejantes a las de la esclavitud de antaño. Un informe de la OIT reveló que, al sur de Nápoles, por ejemplo, unos 1.200 braceros extracomunitarios trabajaban 12 horas diarias en invernaderos y otras instalaciones agrícolas sin contrato de trabajo y por sueldos miserables. Vivían confinados en condiciones propias de un campo de concentración, vigilados militarmente por milicias privadas.

Este “campo de trabajo” no es el único en Europa. Se ha descubierto, por ejemplo, en otra región italiana, a centenares de migrantes polacos explotados del mismo modo, a veces hasta la muerte, esencialmente para la recogida de tomates. Se les había confiscado su documentación. Sobrevivían subalimentados en una clandestinidad total. Sus “propietarios” les maltrataban hasta el punto de que varios de ellos perdieron la vida por agotamiento, o por los golpes recibidos, o empujados al suicidio por desesperación.

Esta situación concierne a miles y miles de inmigrantes sin papeles, víctimas de negreros modernos en los más diversos países europeos. Según varios sindicatos, el trabajo clandestino en el sector agrícola representa casi el 20% del conjunto de la actividad (3).

En esta expansión de la trata de trabajadores esclavos, el modelo económico dominante tiene una gran responsabilidad. En efecto, la globalización neoliberal –que se ha impuesto en los tres últimos decenios gracias a terapias de choque con efectos devastadores para las categorías más frágiles de la población– supone un coste social exorbitante. Se ha establecido una competición feroz entre el capital y el trabajo. En nombre del libre-cambio, los grandes grupos multinacionales fabrican y venden en el mundo entero. Con una particularidad: producen en las regiones donde la mano de obra es más barata, y venden en las zonas donde el nivel de vida es más alto. De ese modo, el nuevo capitalismo erige la competitividad en principal fuerza motriz, y establece, de hecho, la mercantilización del trabajo y de los trabajadores.

Las empresas multinacionales, al deslocalizar sus centros de producción a escala mundial, ponen en competencia a los asalariados de todo el planeta. Con un objetivo: minimizar los costes de producción y abaratar los salarios. En el seno la Unión Europea, eso desestabiliza el mercado del trabajo, deteriora las condiciones laborales y hace más frágiles los sueldos.

La globalización, que ofrece tan formidables oportunidades a unos cuantos, se resume para la mayoría de los demás, en Europa, a una competencia sin límites y sin escrúpulos entre los asalariados europeos, pequeños empresarios, y modestos agricultores, y sus equivalentes mal pagados y explotados del otro lado del mundo. De ese modo se organiza, a escala planetaria, el dumping social.

En términos de empleo, el balance es desastroso. Por ejemplo, en Francia, en los dos últimos decenios, ese dumping causó la destrucción de más de dos millones de empleos únicamente en el sector industrial. Sin hablar de las presiones ejercidas sobre todos los salarios.

En semejante contexto de desleal competencia, algunos sectores en Europa, en los que existe una carencia crónica de mano de obra, tienen tendencia a utilizar a trabajadores ilegales. Lo cual estimula la importación de migrantes sin papeles, introducidos en el seno de la UE por traficantes clandestinos que en muchos casos les obligan al trabajo esclavo. Numerosos informes evocan claramente la “venta” de braceros agrícolas migrantes.
En el sector de la construcción, muchos trabajadores jóvenes extracomunitarios, sin papeles, se hallan bajo el control de bandas especializadas en la trata de personas, y “alquilados” a empresas alemanas, italianas, británicas o griegas. Estos trabajadores esclavos se ven forzados por las bandas que los explotan a pagar sus gastos de viaje, de alimentación y de alojamiento cuyo total es en general superior a lo que ganan. De tal modo que pronto, mediante el sistema de la deuda, pasan a “pertenecer” a sus explotadores (4).

A pesar del arsenal jurídico internacional que sanciona esos crímenes, y aunque se multipliquen las declaraciones públicas de altos responsables que condenan esa plaga, hay que reconocer que la voluntad política de poner fin a esa pesadilla resulta más bien débil. En realidad, las patronales de la industria y de la construcción y los grandes exportadores agrícolas influyen en permanencia sobre los poderes públicos para que hagan la vista gorda sobre las redes de importación de migrantes ilegales. Los trabajadores sin papeles constituyen una mano de obra abundante, dócil y barata, una reserva casi inagotable cuya presencia en el mercado del trabajo europeo contribuye a calmar los ardores reivindicativos de los asalariados y de los sindicatos.

Los partidarios de una inmigración masiva siempre han sido las patronales. Y siempre por el mismo motivo: abaratar los sueldos. Los informes de la Comisión Europea y de Business Europe (la patronal europea), desde hace decenios, reclaman siempre más inmigración. Los patronos saben que cuanto mayor sea la oferta de mano de obra, más bajos serán los salarios.

Por eso ya no sólo los negreros modernos explotan a los trabajadores esclavos; ahora se está desarrollando una suerte de “trata legal”. Véase, por ejemplo, lo que sucedió en febrero pasado en Italia, en el sector de la industria del automóvil. El grupo Fiat colocó al personal de sus fábricas ante un chantaje: o los obreros italianos aceptaban trabajar más, en peores condiciones y con salarios reducidos, o las fábricas se deslocalizaban a Europa del Este. Enfrentados a la perspectiva del paro y aterrorizados por las condiciones existentes en Europa del Este donde los obreros están dispuestos a trabajar sábados y domingos por salarios miserables, el 63% de los asalariados de Fiat votaron a favor de su propia sobreexplotación...

En Europa, muchos patronos sueñan, en el marco de la crisis y de las brutales políticas de ajuste, de establecer esa misma “trata legal”, una especie de esclavitud moderna. Gracias a las facilidades que ofrece la globalización neoliberal, amenazan a sus asalariados con ponerlos en competencia salvaje con la mano de obra barata de países lejanos.

Si se quiere evitar esa nociva regresión social, hay que empezar por cuestionar el funcionamiento actual de la globalización. Es hora de comenzar a desglobalizar.

(1) Bajo el título: "Preventing Trafficking in Human Beings for Labour Exploitation: Decent Work and Social Justice", la Conferencia fue organizada por la Representante especial y Coordinadora para la lucha contra la trata de seres humanos, Maria Grazia Giammarinaro, y su equipo, en el marco de la Alianza contra la trata de personas.
(2) Léase el informe: Combating trafficking as modern-day slavery: a matter of rights, freedom and security, 2010 Annual Report, OSCE, Viena, 9 de diciembre de 2010.
(3) Léase el informe: The Cost of coercion, OIT, Ginebra, 2009.
(4) Cf. No trabajar solos. Sindicatos y ONG unen sus fuerzas para luchar contra el trabajo forzoso y la trata de personas en Europa, Confederación sindical internacional, Bruselas, febrero de 2011.

¿SE INDIGNARAN LOS DE LA CEOE?

El Gobierno suprime la rebaja del coste del despido para las empresas
http://www.expansion.com/2011/07/01/economia/1309510570.html

01.07.2011
M. Valverde

Trabajo se carga en una semana una de las medidas más relevantes de la reforma laboral. CEOE, enfadada, prepara una respuesta pública contundente al Ejecutivo.

El Gobierno propuso ayer a la patronal y a los sindicatos suprimir la subvención de ocho días de indemnización en los despidos improcedentes que, desde el pasado día 25, corre a cargo del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa).

Es decir que, con el rápido cambio de opinión del Ejecutivo, el Fogasa dejará de abonar ocho de los 45 días de indemnización por despido improcedente en el contrato indefinido ordinario, y ocho de los 33 días en la fórmula de fomento del empleo indefinido.

Por lo tanto, sólo mantendrá la subvención para el empresario de ocho de los veinte días de la compensación que debe pagar al trabajador en el despido procedente.

El Gobierno propuso mantener esta última ayuda hasta el 31 de diciembre de 2013, y aplicar esta reforma de manera inmediata mediante una enmienda a una de las leyes laborales que han iniciado su tramitación en el Parlamento. Por ejemplo, en las reformas de la Seguridad Social, de la negociación colectiva o en las normas de jurisdicción social y de las políticas activas de empleo.

Así se lo comunicó ayer la secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez, a los representantes de la patronal CEOE y de los sindicatos CCOO y UGT. La medida suscitó la protesta de la Confederación Empresarial que, a expensas de un estudio más pausado de la situación, piensa responder públicamente al Gobierno.

La patronal considera que “el Gobierno se ha cargado el abaratamiento del despido para las empresas que ha estado vendiendo en Bruselas”.

En segundo lugar, y en consecuencia que “es sorprendente y llena de perplejidad que, en pocos días, el Ejecutivo rectifique en una de las medidas más destacadas de la reforma laboral”. Primero, porque “entierra” el modelo austriaco de indemnización por despido, plan de pensiones o bolsa para la formación del trabajador y, en segundo lugar, y anula la propia rebaja de costes para las empresas.

El Gobierno considera que no se podía pagar este tipo de prestación, porque costaría unos 7.400 millones de euros y obligaría subir las cotizaciones de las empresas.

Subsidio del despido
Por su parte, el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, subrayó que esta propuesta supone “una restitución parcial respecto a la reforma laboral”, ya que los sindicatos “rechazábamos que se subsidiase el despido, y menos el improcedente”.

El dirigente de UGT explicó que “no es de recibo que se dediquen fondos públicos a subvencionar una decisión del empresario que la Administración o el juez ha considerado no ajustada a derecho”.

TITULARES

«No hay paradoja más gratificante que ver a Teddy Bautista (Presidente de la SGAE) cantando ante las autoridades y que tenga que pagar por ello»
http://www.abc.es/20110701/medios-redes/abci-teddy-bautista-twitter-201107011102.html

y la Sinde?

Gran Wyoming: "Dios es justo y por eso a Rouco lo confunden con Paco Clavel"
http://www.youtube.com/watch?v=fvGj_Bap75A

la Carmele de la conferencia e-pis-copal, (palabras de Gran Wyoming).

Los empresarios admiten que despiden en función del coste y no de la valía
http://www.europapress.es/economia/noticia-empresarios-admiten-despiden-funcion-coste-no-valia-20110701114133.html

los hay muy muy tontos...con dinero